Salvemos el
Cerro El Inglés

La sorprendente biodiversidad del Cerro y su papel como estrella hídrica se explica por su ubicación en el centro de la Serranía de los Paraguas, justo en conexión con la cuchilla de San Miguel que va al Torrá, la cuhilla del Tabor que va al Alto Morrón y el ramal que va al Norte en conexión con el Alto la Rivera, el Alto Galápagos y el PNN Tatamá. De otra parte, hacia el sur, la Serranía sigue hasta que es cortada por el río Garrapatas para seguir las estribaciones de la cordillera Occidental como el Páramo del Duende y las áreas claves de la biodiversidad de Andes Tropicales. 

De igual manera, como estrella hídrica, en el Cerro El Inglés nacen hacía el lado del Valle del Cauca las quebradas Boquerón y Las Amarillas que al juntarse forman río Bonito, un río que se convierte en el principal aportante en la conformación del río Garrapatas en la cuenca del San Juan.  Finalmente, hacia el lado del Chocó nacen quebradas tributarias principales en la conformación de río Blanco que a la postre será el Surama al unirse con río Negro y que más tarde tributaran al Tamaná en la cuenca del río San Juan. 

Los bosques de niebla son ecosistemas vitales que capturan agua directamente de la atmósfera, regulando el ciclo hídrico y alimentando ríos en zonas montañosas. Su vegetación densa absorbe carbono, ayudando a mitigar el cambio climático, mientras que sus suelos previenen la erosión y protegen las cuencas. Son refugio de especies únicas, muchas endémicas y aún desconocidas para la ciencia. Sin embargo, enfrentan amenazas graves: la deforestación, el cambio climático y la expansión agrícola han reducido su cobertura a menos del 2.5% del planeta. Lo que queda está fragmentado y vulnerable. Proteger estos bosques es urgente: son fuentes de agua, reservorios de biodiversidad y reguladores climáticos que sostienen la vida en múltiples escalas. Sin ellos, perdemos equilibrio ecológico.